Pensar, Reflexionar y Moverse. La Vida Es Acción, ¡ACTÚA!

Hola querido lector de Freakroko!

¿cómo has pasado tu semana?

¡Por aquí el tiempo ha ayudado a pasarlo bastante bien! Estudiando mucho, reflexionando mucho y pensando mucho, pero sobre todo actuando!

Por si aún no te lo he presentado, el pequeño canino que aparece en la imagen de tapa de éste post es Astérix, mi compañero perruno de vida, es quien me recibe todos los fines de semana con una alegría y una energía vital tan impresionante que hasta a mí me sobrepasa. Los animales son tan increíbles que nos dejan muchas veces sin palabras. Amo a ese cachorro de casi 3 años.

Tal como dice el título, de ello quiero hablarte hoy, de cómo llegué a esa conclusión que parece ser muy simple de comprender, pero que, al menos a mí, me costó muchos años de mi vida comprenderlo.

Verás, desde chico solía ser un niño muy inquieto, pero reservado. Era inquieto como todo niño, necesitaba el movimiento como parte de mi vida, eso es algo que gran parte de los niños comparten y creo que es maravilloso verlos correr libremente por su mundo.

Sin embargo, siempre fui muy reservado, muy tímido, me costaba muchísimo exponerme a las personas y ante el avance más mínimo que alguien hacía hacia mí, el miedo me servía de caparazón para ocultarme de la vista de los demás. Era yo, pero no lo era a la vez. Como el reflejo que observamos en el espejo, ¿se han preguntado alguna vez, soy yo el del espejo?, yo sí me lo pregunté millones de veces y no tengo respuesta.

Creo que el miedo es lo que más nos obliga a escondernos, a ponernos caparazones y filtrar lo que queremos que los otros vean o no. Sin embargo, nosotros decidimos qué exponemos de nuestra vida y qué escondemos.

Toda mi vida soñé con ser alguien, sin saber que ya era alguien, solo que no había definido quién quería ser. Así fue como empecé con el teatro, una actividad que no solo abrió mi mente junto al dibujo y la escritura de mis pensamientos, desde niño, si hay algo que les agradezco enormemente a mis padres es el haberme enseñado y ayudado a leer, porque la lectura es lo que me permitió ser quien soy hoy, y el poder expresarme como quisiera, fuese escrito, dibujando o con movimiento corporal, fue gracias al apoyo de mis padres.

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El espíritu samurai me ha guiado desde hace muchos años, nunca me convertiré en uno completamente, pero seguiré sus enseñanzas respetuosamente.

Ahora bien, el teatro me permitió exponerme por primera vez de una forma agresiva, pero no negativamente, agresiva porque me expuso sin filtros, el que actuaba era yo fingiendo que era otra persona, pero seguía siendo yo, era como verme al espejo y mirar a alguien más que se parecía a mí pero que no era yo.

Luego comenzaron a llegar, en mi adolescencia, el primer enamoramiento, mi forma de pensar y reflexionar mis sentimientos, y los problemas que todo adolescente debe enfrentar. ¿Quién quiero ser? ¿Cómo me verán los demás? Todas esas cuestiones que nos preguntamos alguna vez, pero que no tenemos la madurez suficiente, a veces, para respondernos con cierta coherencia.

Sin embargo, hoy más que nunca, sé que la adolescencia es el momento de definir ciertas ideas que seguiremos el resto de nuestras vidas, lo cual no significa que debamos guiarnos por ellas sin modificarlas a medida que avanzamos en nuestra vida y la sociedad se mueve a nuestro alrededor.

A mi pregunta de ¿quién quiero ser? Creo que no sabría responderla hasta el día de hoy, con 32 años de vida. Sin embargo, tengo bien claro quien no quiero ser, no quiero ser otro.

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Mi vida no está para dar vueltas sobre lo mismo, está para dar vueltas sobre mundos distintos y cambiando continuamente el paisaje de esas vueltas. Sí daré vueltas, pero no por mi vida, las daré por el mundo.

A mi pregunta de ¿cómo me verán los demás? Me la respondí muchas veces, pero no me convencía hasta que me vi solo en ésta vida, puesto que si hay algo a lo que le tememos es a la soledad, sin embargo, la soledad no es más que el encuentro con nosotros mismos, por lo cual debe ser un encuentro para disfrutar y no para sufrirlo. Y cuando uno comprende y aprende a amar la soledad con respecto a otros, aprende a disfrutarla sabiendo que la comparte consigo mismo.

Pero la cuestión es la siguiente, si yo pensaba, si yo reflexionaba, si yo me movía, ¿porqué tuve el deseo de salirme del juego una vez?

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Y sí, una vez lo pasé muy mal, gracias a que mi cabeza y mi corazón me jugaron una mala pasada, y quise salirme del juego… Pero a la larga supe aprender que esos límites que muchas veces tocamos como un niño que desconoce y se sorprende al ver que puede ir más allá viviendo una aventura, sirven para aprender a amar lo más importante que tenemos, nuestra propia existencia, sea como sea que la consideres (material, espiritual, etc), es eso lo que debemos amar, porque esa existencia, es la esencia de nuestra vida.

La cuestión es que la vida es más que un desamor, es más que una baja calificación en el estudio, es más que irse de vacaciones al lugar que te permita tener un estatus social mayor al que tus ingresos te permiten, es mucho más que todo eso y más que todo lo demás que podría mencionar, puesto que la vida es eso, lo que haces, tu movimiento, tus acciones día a día, las decisiones que tomas, el momento en que miras el espejo y ves tú reflejo en lugar de verte a ti mismo.

Así que después de eso, mi adultez fue interesante, puesto que en toda mi vida he hecho cosas, nunca estuve quieto, pero aún no sabía que estaba viviendo, no era plenamente consciente de ello.

Siempre tuve un extraño deseo de morir, de hecho he muerto muchas veces, pero he aprendido que para morir hay que vivir, y para vivir, debemos saber que la muerte es parte del juego, no importa quienes fuimos cuando estemos bajo tierra sino quienes somos mientras estamos sobre ella.

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A veces estamos tan inmersos en nuestro pequeño mundo que nos olvidamos que somos solamente un grano de polvo en uno o varios universos de materia y no materia.

Lo que creo que es la vida es bien simple de explicar, más no tanto de comprender, la vida es movimiento, es sentir, amar, llorar, disfrutar, luchar, caminar, pensar, y mucho más. La vida es lo que hayas hecho ayer, lo que hagas hoy y lo que harás mañana, porque el tiempo real está en tu mente, no en tu cuerpo.

¿Extraña forma de ver la vida tengo? Pues ésta manera de fluir conmigo mismo y con el mundo que me rodea es lo que hoy me permite aceptar que muchas cosas que hice conmigo mismo han sido para llegar al punto en que estoy hoy, estudié teatro porque siento que tengo mucho que expresar al mundo y exponerme, estudié varios instrumentos musicales para poder expresarme desde otras perspectivas sonoras que, si no fuera por la música, desconozco como expresarlas, estudié guía de turismo porque quería salir al mundo, exponerme y conocerlo, explorarlo y recorrerlo, y porque quería ayudar a quienes no se animaran, como yo una vez decidí esconderme en mi caparazón, a que vieran que el mundo es hermoso y que exponerse es mucho más que mostrar tus abdominales.

Y definí que mi rol en ésta sociedad sería el ser docente de Geografía, porque simplemente une todos esos componentes anteriores que mencioné de mi vida, me expone, me permite expresarme con prácticamente los medios que desee, me ayuda a aportarle algo a otras personas, así sea una palabra, y por último, me permitió descubrir que lo que deseo en ésta vida es respirar, correr, observar, aprender y viajar. Eso es todo lo que necesito, lo demás es superfluo, me ayuda a lograr mi objetivo de vida, pero no me servirá más de cadena.

Así soy quien soy hoy, con mis defectos, pero también con mis virtudes, y a ambos acepto.

Hay días en que no puedo respirar, en que no puedo dormir, hay otros que no puedo pensar o expresarme como desearía, eso es normal. Sin embargo, no por un tropezón debemos quedarnos en el suelo. Las caídas son parte del ciclo y sirven para levantarnos, para que cuando no puedamos respirar, dormir, pensar, o expresarnos, pensemos que el problema está dentro nuestro y que somos nosotros quienes debemos resolverlo, sin esperar que otros vengan mágicamente a solucionarlo.

Esta es mi forma de vida hoy y la que me planteo a futuro, quizás modifique algunas cosas, pero es como deseo vivir, deseo ser nómada de mente y cuerpo, deseo moverme libremente por el mundo y fluir con sus encantos.

Aprendí que mi vida no está en renta, mi vida es mía y es lo único que me llevaré conmigo.

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Me despido con una frase que me ha enamorado perdidamente y que pienso aplicar en mi vida. No voy a deslizarme por ella para no llegar a mi tumba dañado, sino que tropezaré todas las veces que sea necesario, me partiré la cabeza, con tal de aprender y llegar satisfecho con el viaje realizado.

Pero hay algo que sí me gustaría saber, si es que te animas a exponerte con nosotros.

¿Cuáles son tus miedos?

¿A qué no puedes enfrentar o a qué has enfrentado para estar dónde estás hoy?

Y la pregunta que considero más importante ¿estás caminando hacia donde quieres ir?

Bueno, ha sido un post largo, pero me he expuesto hasta las lágrimas y lo disfruté como una terapia gratuita. Espero que hayas disfrutado la lectura y si tienes ganas de exponerte y compartir tu experiencia en la vida aquí, eres bienvenida/o hacerlo.

Recuerda que para llegar a donde queremos, debemos salir de nuestro caparazón y actuar, sin movimiento la vida es muy monótona, y demasiado similar a la muerte.

Por ello te invito a vivir.

Un gran abrazo!

Roko.

2 respuestas a “Pensar, Reflexionar y Moverse. La Vida Es Acción, ¡ACTÚA!

  1. Reconozco que desde que di con su blog por éstas casualidades los leo a menudo, y disfruto mucho de sus posts, en los cuáles me siento muy identificada la mayor parte de las veces. Pero éste post en particular me llegó profundamente.
    Considero que todos encontramos maneras de expresarnos, de abrirnos, en mi caso por ejemplo disfruto del dibujo, de la música, pero tú Roko sin dudas además de todo lo que nombraste en el post también tienes el don de la palabra, y creo que las personas que tienen ese don son realmente afortunadas, porque son capaces de llegar a las personas de una manera que pocos llegarían de otra forma.
    La vida como todo es un proceso, y en ese proceso es nuestro deber conocer nuestros miedos y aprender también a superarlos, hacer de ellos nuestra fortaleza. Mi mayor miedo es llegar a cierto punto de mi vida donde me considere fuera de tiempo para hacer las cosas que en un pasado me propuse, y digo esto no por experiencia, ya que me creo demasiado jóven aún y en proceso de crear mis sueños, sino por las personas que me rodean. Veo que la vida se les pasa, justamente por no actuar, y en determinado punto creen que «ya pasó su cuarto de hora», y que de ese modo ya no serán capaces de hacer algo al respecto.
    Al igual que tú mis padres me enseñaron a leer desde muy pequeña, y agradezco profundamente por ello, ya que hoy día soy amante de la lectura, y creo que en parte a eso se debe que haya cambiado mi forma de pensar en varios aspectos, además de haber aprendido a ser crítica no solo con los demás sino también conmigo misma. Y también tomándolos de ejemplo es que me surgen muchas preguntas, a las cuáles no logro encontrar respuesta, como por ejemplo, ¿cómo es posible que una persona de 47 años, cuyo sueño era recorrer el mundo, construír un auto desde cero con sus propias manos, y teniendo la habilidad y capacidad intelectual para hacerlo se considere «viejo» para lograrlo? Simplemente porque cambió sus sueños por un trabajo que le permite tener una posición económica aceptable, permitirse tener una casa, vehículos, una semana de vacaciones anualmente e hijos estudiando en la Universidad. Y ahora considera que su deber como padre es olvidarse de sus sueños, y dedicarse a que sus hijos cumplan los suyos, que ellos sí tengan un título Universitario, que ellos sí recorran el mundo. ¿Es ese el deber de los padres? ¿De las personas? Son preguntas que aún no me puedo responder, quizá como ellos dicen «cuando seas madre lo vas a entender», pero no lo creo. Es claro que no podemos evadir nuestras responsabilidades como padres, como hijos, como estudiantes o trabajadores, pero si es nuestra responsabilidad encontrar la forma de lograr todo aquello que nos propongamos, por más loco que sea, somos más que un objeto destinado a ser cenizas, ¿verdad?. Creo que en parte uno de los motivos sea que cuesta salirse de la zona de confort, dejar caer ese caparazón, que a pesar de hacernos sentir seguros por momentos, no nos permite darnos cuenta que del otro lado de los miedos está la vida, los sueños, aquello que nos hace felices y hace que ese viaje por la vida sea algo digno de haber sido vivido.
    Creo que nuestro deber no es sólo cumplir nuestros sueños, sino de convencer a las personas que amamos de que también cumplan los suyos, de que nunca se es viejo para animarse, que nunca es tarde.

    Te felicito por tus palabras, realmente siento admiración, y sólo hago un breve aporte desde mi humilde posición.
    Un abrazo grande,
    Aylen

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    1. Hola Aylen! tú también tienes un don con la palabra! realmente tus palabras me han llegado profundamente y comparto todo lo que has escrito, inclusive las preguntas que te planteas.
      Verás, mi padre ha vivido desde joven su vida para mí y mis 4 hermanos, siempre se dedicó a darnos lo mejor posible, lo mismo mi madre, la diferencia es que hoy uno está disfrutando de un merecido descanso en una casa en la playa, tranquilo, sin mucha movilidad, pero disfrutando de su vida, y mi madre está a pleno movimiento, haciendo lo que desea hacer, viajando mucho y aprovechando su tiempo en aprender cosas que anteriormente no ha podido realizar.
      Yo creo que los padres tienen un importante deber con sus hijos y es intentar darles lo mejor para que ellos crezcan teniendo mejores posibilidades para afrontar la vida, solo que algunos a veces se pierden en la carrera y continúan dando vueltas sobre el mismo paisaje, aunque eso considero que sucede por que la vida social humana es muy fuerte para desvincularse de ella, entonces son pocos los que logran adaptarla a sus fines y modificar su forma de vida.
      Yo tengo algo bien en claro hoy en día y es que así tenga 60 años, seguiré siendo joven por dentro, eso no me lo sacarán con nada. Para mí el cuerpo es una caja donde guardamos nuestras cosas más preciadas, pero que si bien debemos cuidar para vivir el mayor tiempo posible, no por ello debemos navegar en el lodo y no avanzar, al contrario, debemos movernos así el lodo sea suficientemente espeso como para sujetarnos, en algún momento nos liberaremos de él y continuaremos avanzando a paso firme.
      Mira que yo no siempre fui tan positivo, en éste post si bien no fui muy explícito, me referí a un momento muy negativo de mi vida en el cual tuve muchas ganas de abandonarla, pero por gracia de mi estupidez, logré continuar con mi angustia y aprender de ella.
      En la vida, nos enfrentamos a muchas cuestiones que no podremos resolver, a otras que serán complejas, y algunas quizás más accesibles, pero siempre tendremos problemas que afrontar, entonces me pregunto siempre, ¿para qué complicarme la vida llorando por problemas que ya encontraré solución? y me respondí, lo mejor es moverme, actuar, si lo hago bien, pues genial, si lo hago mal, pues intentaré mejorarlo. Así vivo hoy, con errores y aciertos, pero siempre intentando sacar el máximo provecho y disfrute a lo que haga.
      Con 32 años he vuelta a la música, grabé un tema que compuse para mi difunta abuela, que fue uno de los pilares humanos de mi vida junto a otras dos mujeres tan importantes como ella, sin embargo, cuando me ven los demás, generalmente jovenes que conozco, me quedan viendo como un viejo con buena onda y muy capo. Yo no me considero genio para nada, de hecho todo lo que hoy aprendí, lo hice a ensayo y error, pues soy bastante testarudo a veces y me gusta darme la cara contra la pared. La vida está hecha para probarla, saborearla, animarse y andar. Cómo hagamos todo eso depende solamente de nosotros.
      Igualmente no soy iluso, no todos tenemos las mismas oportunidades de disfrutar nuestras vidas, pero sí tenemos opciones para mejorarla, y de nuestras decisiones dependerá lo que hagamos con nosotros mismos.
      De veras me alegra muchísimo y me enorgullece que lo que aquí escribimos te llegue al corazón y lo disfrutes, porque realmente es algo que disfruto haciendo, sobre todo si puedo ayudar a alguien más a encontrarse y disfrutar de su vida, a preguntarse y cuestionarse, pero más que nada a moverse, porque si la muerte es un estado inerte de la materia, la vida es fluir.
      Te agradezco muchísimo el comentario y me ha quedado muy larga la respuesta de hecho, jajaja, pero me quise tomar un tiempo para escribirte.
      Muchas gracias Aylen y esperamos seguir leyendo tus comentarios!

      Un gran abrazo

      Roko

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